18 de marzo de 2009

2 días y medio de verano

Tuvimos dos días y medio de verano este año, medio día más que lo habitual, dijo uno de los participantes en el programa de Sistemas Discretos Integrables en el Instituto Newton para las Ciencias Matemáticas, Cambridge, mientras cruzábamos el río rumbo al restaurante donde habríamos de cenar. Los veranos de dos días en primavera, con una máxima de 18 grados, son lo máximo para los ingleses, por lo menos para los que viven en Cambridge. Como todo, la lluvia, el clima frío y la neblina pasajera tienen sus ventajas. El paisaje es verde y no café como en Australia. Aún cuando los árboles todavía no tengan hojas, aunque si uno que otro retoño, los pastos de los campos de juego de los Colegios, son de un verde que ya había olvidado.
Dejemos al paisaje y al clima en paz de una buena vez. La realidad es que aquí se vive a una temperatura constante, con la calefacción puesta a 23 grados.
Admiro mi capacidad de escribir pendejadas de una forma pendeja en vez de seguir investigando sobre las estructuras de Poisson para las transformaciones integrables en cuatro dimensiones derivadas de la ecuación sine-Gordon. Pinche matriz-R y la involutividad de las cantidades conservadas, ya tiene que salir.

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