Después de haber escapado a la playa para no pensar en la espera pendiente, para desechar el tiempo muerto entre la posible toma de decisiones por la certeza de un futuro a corto y mediano plazo, volví y continué en la espera e impaciencia de la incertidumbre, bomba de corrosión y sulfatos multiconexos, abrí la página electrónica y me encontré con el aviso sobre el segundo listado del 2005, donde se anunciaba el número de solicitud y el RFC de las personas que habían sido aceptadas, según los lineamientos que ya se habían mencionado –mas de los cuales poca transparencia y honestidad se puede asegurar– para obtener la beca-Conacyt a estudios de posgrado en Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia-Pacífico y Latinoamérica, por demanda libre y convenio, listado que llegaba a la sorprendente cantidad de 53 candidatos de todo el país y todas las áreas de la ciencia.
El listado ofrecía la ventaja de estar ordenado por orden alfabético, así que fui recorriendo con el mouse hasta que llegué a la R, entre las cuales me busqué. Lo más cercano que llegué fue a ROBC…, en el cual me quedé escarbando con la mirada, como si fuese una ilusión óptica y la BC fuese a convertirse, de repente, en AO, y con esto, la fecha de nacimiento, de manera automática, habría de cambiarse también a la que buscaba con tanto afán: la mía. Pero no fue así. La miré una y otra vez, recorriéndola de arriba abajo; ya la copiaba a Excel y le aplicaba un autofiltro, ya buscaba de nuevo en la página oficial del CONACYT haber si, de pura casualidad, hubiese otra lista perdida a donde, felizmente llegaría y al llegar a la R, encontraría mis datos y parecería como si todo lo anterior hubiese sido una buena broma, como las sufridas por los paranoides y sus ideas de persecución y conspiración colectiva. Pero no fue así. Ahora estoy más presa de mí que nunca, cantando líneas de Bob Marley “you are running and you are running and you are running away, but you can’t runaway from yourself” y por fin entiendo que siempre supe su significado pero me había vuelto renuente a creer, y otra de Keren Ann, donde cantaba “people come and go and walk away, but I’m not going anywhere” y tras lo cual me daba cuenta que era cierto, aquí estaba y no iría a ninguna parte donde no estuviese ya, hasta la partida definitiva, el último vuelo que habría de resarcirme de la estupidez que sólo puede llegar al hombre después de sobrepensar la vida y no vivirla más que en una eterna posibilidad.
Ahora estoy en otra posibilidad de los sistemas complejos: el mundo de las letras –en vez de números– en su interrelación dentro de un texto. El hacer ha cedido ante el contar. Ya no acción directa sino reacción ante fenómenos ya experimentados. Aunque por ahí está la creación de la vida diaria, el reto absoluto: levantarse cada día de la cama.
Que frustración. He vivido algunas así en mi vida, donde pone uno toda la esperanza para la vida futura, y todo se cae.
ResponderBorrarSon momentos en que el autoconcepto se va a la basura por un rato.
Espero te recompongas pronto.
Saludos.
Large, ¿por qué nos hemos empeñado a lo largo de nuestra vida (por lo menos desde que te conozco) en forjar nuestro destino?
ResponderBorrarQué mamada ¿no? Alguien ha estado engañándonos y no sé quién chingados es.
Un abrazo