14 de agosto de 2005

Botanas Campestres

La mecedora ha vuelto a la calma.
Un viento suave recorre su vientre; ella
es el sueño de la arena vuelta cristal.

Una gota tenue
sobre la presa de San Isidro.
Una gota más
y él se convertirá en polvo.

La magia de las visiones y sonidos
espectaculares ha quedado atrás,
en el campo de las vacas líquidas
y sus crías juguetonas.

La destrucción de las palabras se da al comprender el infinito.

1 comentario:

  1. Anónimo7:36 p.m.

    Nunca hubiera, ni en mil años, imaginado la metáfora de una vaca líquida.

    :)

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