El futuro, las predicciones y el morbo de saber cómo vivirá la humanidad después de nosotros siempre ha sido una de las interrogantes de mayor interés para cualquier persona. Desde las profecías de Nostradamus, de las cuales todos comentaban algo hace unos cuantos años: que si Hitler era la reencarnación del anti-cristo, y el primer Papa negro y demás pronosticaciones.
Hoy en día, las predicciones con fundamento científico parecen un poco más creíbles que las meras aseveraciones de un loco que anda por la calle anunciando el fin del mundo a la vuelta del milenio. Y, de esta manera, John Brockman, editor científico, reunió a 25 de los científicos de punta en varias ramas de la ciencia para pedirles su predicción sobre el futuro de la ciencia y la humanidad, compiladas en el libro The next fifty years.
El libro de divide en dos partes. La primera es una exploración del futuro “en teoría”. Entre los tópicos que se tratan están: los avances en cosmología, el uso en matemáticas de los “sistemas de no-realidad virtual”, nuevas direcciones en teoría de complejidad –rama de mi interés–, especulaciones sobre qué significa estar vivo, sobre cómo aprendemos, sobre cómo pensamos, sobre si estamos solos como una forma única de inteligencia en este universo.
La segunda parte explora el futuro “en práctica”. Cubre tópicos como el futuro de las secuenciaciones del ADN y lo que nos enseñará sobre nosotros mismos; la exploración de Marte y la búsqueda de vida extraterrestre; nuestro dominio sobre la materia; nuestra íntima interacción con nuestra máquinas y particularmente con nuestras computadoras; el futuro del ciber-espacio, las neurociencias y la manera en que criamos a nuestros hijos; y los pronósticos para nuestro continuo bienestar físico y mental.
Parece que durante los siguientes cincuenta años, la ciencia tendrá volverse más interdisciplinaria, casi al grado de desaparecer las facultades e integrarse en un centro único, mismo que puede ser virtual. Estamos en el siglo que pretende conocer cómo funciona el cerebro, cómo interactúan los sistemas complejos y, sobre todo, la pregunta del millón: ¿qué es la vida? Justo como si nos pasáramos miles de años tratando de describir una manzana sin en verdad haber visto una o saber de dónde salió. O el enigma del huevo y la gallina, una vez más…
La Ciencia, el Pensamiento, la ética. La clave está en lo que mencionas de "interdisciplinarias". El fin de los espacios estancos nos hará avanzar exponencialmente, digo.
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