6 de septiembre de 2006

Baile

Michoacán siempre ha sido cuna de guerreros sanguinarios. Creo que el estado debió llamarse Guerrero, no por el independentista sino por la sangre que corre en ellos. Es sabido que los aztecas, en su primera andanada colonizadora de las comarcas aledañas, no pudieron vencer a los michoacanos, -purépechas en aquel entonces?-, y se retiraron para reunir fuerzas en Aztlán. Pero eso fue hace 500 años y uno cree que la barbarie estaba bien entonces, porque el hombre era un ente bárbaro pero ahora, con tanta civilización, como televisión y autos último modelo, no es posible que se sigan repitiendo los actos de crueldad -innatos en el hombre, siento decirlo- de hace tantos años.
Por un momento imagina que te gusta bailar al ritmo de la banda, música norteña o cumbia. Vives en Uruapan, uno de los pueblecillos sin chiste de Michoacán. Como el evento del pueblo es el evento de todos, vas al baile público de ese fin de semana. La banda toca, los tequilas, rones y chelas corren. De repente, un grupo armado irrumpe en el baile y arroja 5 cabezas humanas. Estoy inventando o puede ser realidad? Es la ficción de la realidad, diría yo. Y el pinche Bush con su barbarie secreta, en sus cárceles y sus invasiones en contra del barbarismo que son más bárbaras que los bárbaros mismos.

2 comentarios:

  1. Por eso el gobierno de Estados Unidos pone tantas trabas para entrar a su país. Saben las que deben y el miedo no anda en burro.
    Salud!

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  2. Anónimo12:09 a.m.

    Lo que a mí me parece increíble son dos cosas:

    1. El mensaje escrito en cartulina que iba junto con las cabezas decía, dice, sigue diciendo:

    "La familia no mata por paga. No mata mujeres. No mata inocentes. Sólo muere quien debe morir. Sépanlo toda la gente. Esto es justicia divina”.

    Esto, porque los 5 cuerpos sin cabeza habían asesinado hace algunos días a una mujer embarazada que nada tenía que ver en sus negocios...

    y

    2. Uno de los comentarios de Natascha Kampusch, la joven de 18 años que estuvo secuestrada por 8 años en Viena, refiriéndose a su secuestrador:

    "A veces soñaba con cortarle la cabeza".

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