6 de septiembre de 2009

La libreta

Lo que pasa es que creí haber perdido la libreta. Algún día --ya hablo como si fuera viejo-- busqué entre las librerías de Paris, allí por el Quartier Latin, una libreta Moleskine. Después de ir y venir por el Senna, tomarme una cerveza y otra y luego una crepa con Grand Marnier, plátano y Nutella, la encontré por fin. Me sentí poseedor de un tesoro, de un escondirijo donde las palabras se darían de putazos entre ellas para que al final, solo unas cuantas, las más cabronas, se quedarían plasmadas sobre las hojas color crema. Era el hombre más chingón del universo; --¿Será que hay mucha diferencia entre el ser y el creer ser?
Ahora vivo en Macleod, Australia. He dado la vuelta al mundo ya una que otra vez. Ligero de posesiones me encuentro: mi habitación es más una celda monacal, una cueva de eremita; una mansión para el condenado a la silla eléctrica. Curiosamente, aquí está ella, esa que creí perdida. Oh, pero no es la misma. Es otra más nueva, una que intentó reemplazar a la primera. Nunca son buenos los intentos de reemplazo. Esta es más bien una mezcla de quien sabe que tanta chingadera. Transcribo la primera página.

Otra vez
De nuevo el Charles de Gaulle. Atrapado una vez más en la sala de espera F30. Un domo de cristal montadon en una estructura metálica nos separa de los pájaros voladores. La gente que espera, suspendida en el limbo de los viajes. Si Paris es una ciudad cosmopolita, su aeropuerto lo es aún más: mujeres africanas con atuendos coloridos, cadanas de oro, plata y brillantes; hombes musulmanes de bata blanca y sandalias, barba larga, sonriendo, como en verdad lo están, en paz; viejos de todas nacionalidades, la mayoría de cabello blanco, retirados de la vida para intentar vivir la que no se permitieron antes. Yo espero el vuelo a Roma, después de ya casi 30 horas de haber salido de Melbourne. Yo espero, una vez más, en el Charles de Gaulle. ¿Por qué no simplemente la teletransportación?

Acepto que el texto arriba citado es terrible. Pero bueno, hay que hacer honor a la memoria reconociendo también las nimiedades de ella. Otras notas de la misma Moleskine:

A tropical curve C is an embedded graph in R^2 dual to the regular subdivision D of the support A of the tropical polynomial f. Corresponding edges of C and D are perpendicular.
Otra mas

ASEP(){ if(cells_[i+1]==0){ cells_[i+1]=vehicle; cells_[i]=0; i++; }}

Ahora he de intentar escribir, con ganas de que me salga la puta tesis.

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