29 de agosto de 2005

depre

Supongo que es hora de abandonar el diario, decirle adiós.

Realmente estoy enfermo, me duele el cuerpo, el alma, el cerebro, las uñas, el pelo. La depresión es como la gripa: uno no está muy seguro de por qué le da pero, cuando se tiene, no hay nada que hacer mas que esperar. Los ojos se cierran, los ríos de lágrimas se asoman, intuyendo el dolor tan fuerte que el alma está experimentando. Escucho el soundtrack de la película Rabit-proof fence, y sigo con la depresión de otras personas oprimidas, por su color de piel, raza, ideología. Me cuesta trabajo mantenerme en pie. Escribo sólo en un intento de aplazar a la muerte. Creo que estoy cansado de la incertidumbre, de la imbecilidad de estar en un sitio en el que, supuestamente, uno no habría de estar. Siempre en el intento de partir, en el tránsito que lleva a ninguna parte. La cama parece ser el sitio más confiable; la cama y el televisor, horas y horas conectado a otra realidad, de fácil digestión, mucho más rica y placentera que la propia. Las palabras se han ido ahogando en mi interior. Ya no puedo hablar. Apenas escribo unas cuantas líneas pero, hablar, con lenguaje oral y compartiendo sentimientos, eso sí que no.

3 comentarios:

  1. La depresión es un mar negro y profundo del que parece que nunca se va a salir y uno tiende a dejarse llevar por la merea... nada de lo que te digan puede hacerte cambiar el ánimo porque suele sonar a falso y uno piensa: "si hombre qué fácil es hablar cuando no se siente lo que yo siento"... pero... hasta lo que más duele un día deja de doler y se ve la orilla. Un saludo afectuoso.

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  2. Sufre el que quiere sufrir, seguro que tienes las riendas de tu vida, pero es más fácil dejarlas tiradas a ver quien las levanta... Despierta, tu eres el que salío del millon de espermas, resultaste el ganador (suena a chiste, pero es neta), animo!

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