He estado atrapado en los laberintos de la incomprensión –y en el intento de hacerla conciente para volver a la fuente de la ausencia de conocimiento– y la ardua asimilación de conceptos e ideas que, en una segunda ocasión, puedan parecerme familiares. Una tesis de geometría algebraica sobre curvas de ramificación –misma que no tiene nada que ver con el arte del Bonsái–; un libro de ecuaciones diferenciales no lineales como lectura introductoria a mis siguientes dos años de maestría en investigación en La Trobe, Melbourne; el libro “La evolución del caos” de la editorial Gedisa, que tenía desde hace varias Fil y no me había animado a leer debido a su complejidad en el intento de mostrar cómo, la visión actual de la humanidad tiende a pensar en términos de sistemas dinámicos complejos, sobre todo en la ciencia y la crítica literaria, que crecen a la par pero sin preguntarse una a la otra.
Vacaciones en mi propia ciudad y me siento cada vez más como extranjero. Presente sin estar, los rumores de la ciudad son más reales que la persona misma. Todos saben algo de la historia de otros. A cada sitio que voy –café, galería, bar– me encuentro con alguien conocido: “¿cómo te fue por allá?”. Y yo me quedo perplejo, pensando en a cuál allá se refieren, cuando ni siquiera estoy realmente aquí. Entonces me doy cuenta que los sistemas complejos están aún más presentes en el trato de los individuos sumergidos en las sociedades, en los vínculos que se crean de manera local para volverse globales, caóticos; basta una pequeña perturbación inicial para hacer que el sistema se desestabilice más allá de sus fronteras.
20 de enero de 2006
Sistemas dinámicos complejos
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Ahi no.....ma
ResponderBorrarPor eso te despedazan tus escritos en la Joranda!
No te has puesto a pensar que a lo mejor existe un matemático que sí tenga idea de lo que estás diciendo y se de cuenta que es puro bla bla bla?