Independencia

Hoy -mañana- se celebra el día de la independencia mexicana -¿de quién chingados, para quién chingados? Y, ¿cúando la celebración de la dependencia? Los mexicanos -mexicas- que deberían celebrar han sido callados hoy más que nunca. Su voz -la de los pueblos nos recuerda Amlo- es la de nuestra historia. No somos españoles, ni alemanes ni ingleses ni la raza que se les de la gana. Pero, curiosamente, tampoco somos mexicas ni mayas, huicholes, purépechas o tarascos. Pero si no somos ni una ni otra, ¿qué chingados somos? ¿Los hijos de la chingada, como nos definió OP? Supongamos que así sea y que todos los mexicanos, no sólo los de Sahuayo merezcamos tal denominación. Celebramos el día en que otro gobierno, la monarquía del imperio español en auge depredador y colonizador -ya no se usa esa palabra, sino la más moderna apoyo a la democracia- dejó de cargar su influencia sobre las decisiones que los mexicanos tomamos en nuestro país. Nada más falso que eso. Las decisiones de un país, aunque los australianos no se den tanta cuenta debido a su aislamiento del resto del mundo, afectan y son afectadas por los demás países del mundo. Uno no puede andar por ahí, tirando bombas nucleares en pro de la democracia y esperar que nada malo pase después de, no se, 1000 años como promulga Al Gore en su último intento por asustar a la población de uno de los países con la población más ignorante del mundo. Como el terrorismo parecer ir a la baja, el tipo este cree que puede ganar la confianza en el miedo de su pueblo gracias a los desastres naturales causados, en parte por el hombre, pero los cuales forman parte de un ciclo inevitable del mundo.
Y ¿cómo celebrar la independencia si lo que la mayoría celebra es la libertad de chingarse una MacDonalds donde se le pegue la puta gana? Aceptémoslo, los gringos nos tienen cogidos por el culo y no por sorpresa sino que nosotros nos pusimos de modo, por puro gusto. Ya cuando llegue el rozor y escosor a ver si seguimos tan contentos. Por lo pronto, salud!