Insisto: estamos presenciando tiempos de revolución. La de México ya está a la puerta. Tailandia y Hungría han decidido adelantarse, dar el paso hacia la siempre anhelada libertad. Yo, aferrado a la juventud que se me escapa y a los ideales que ahora estudio más que practicar, me apego a la revolución, pero no la armada sino a la verdadera, la del cambio sustancial del hombre en su forma de pensar y compartir el mundo. Tampoco alarmismos a la Al Gore -con acento inverso en la a- sino una convivencia armónica con el ambiente y la sociedad, donde nadie pierda ni gane y todos vivan en su posible locura. Justo como los ex-convictos de esta isla lo han logrado.
Isahía berlin decìa que el mundo se nos vino abajo cuando una persona, una raza, religión, horda, lo que fuere, penso que solo existe una forma de ser y vivir la vida. lamentablementes siempre somos excluyentes, no crees?. saludos. estamos en contacto.
ResponderBorrarTodavía hacemos al margen, todavía no cerramos el próximo número, no dejes de enviarnos material.
ResponderBorrarMuchos saludos.
ó
¿Que es lo que necesitamos cambiar?
ResponderBorrarEl mundo o a nosotros mismos.
Saludos