Hay días en que la lluvia es porcelana oxidada.
Cae, rueda y se resquebraja. Silente no
tiene sueños encendidos ni pesadillas
empapadas de televisión.
Luego todo acaba. Noé sigue
esperando la señal de dios. Catrina, Ike o
el próximo remolino encanijado, pasan
y miran hacia el centro sin ver nada.
El óxido de la porcelana es el sol en el agua.
Lluvia, sol, televisión; un torbellino de días,
un amasijo de telarañas, un día en que el tiempo calla.
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