20 de junio de 2005

¿De qué color es la música de Miles Davis?

Escucho Seven Steps to Heaven y miro, en lo que queda de ventana, un trozo de Lavender Mist de Jackson Pollock. Estoy seguro de ello: en el caos, detrás del orden aparente, está la belleza (supongo que Goethe ya lo presentía).
Uno habla sin saber bien. Yo no se de música, no se de jazz, por eso es lo único que hoy día puedo escuchar. A la hora de la incomprensión entra, forzosamente, el sentido de estética. Uno no logra definir por qué, pero asegura: esa me gusta.
En Davis es lo que pasa: hay una melodiosidad que sirve de jardín frontal a la locura que se esconde en el ático. Y entonces uno mira el verde del pasto, los colores vivos de las flores plantadas en macetas bien alineadas, las tonalidades de rojos y amarillos de las hojas de Maple –me gusta la palabra, me niego rotundamente a traducirla– esparcidas por ahí, los marrones de las tierras que van haciendo surcos a lo largo del camino principal. Y entonces uno mira, y se da cuenta que allá atrás se esconde otra gama de colores, en otras tonalidades mucho más graves. Curiosamente, el azul se da únicamente en el infinito: el mar o el cielo. Uno decide entrar, atreverse a cruzar el frontón principal, la línea de lo que ve con lo que presiente ser. Justo al cruzar, se siente el arrebato vertiginoso, el sentimiento de caída hacia arriba, de salto triple mortal sin despegar los pies del piso. Entonces comienza el jazz.

4 comentarios:

  1. Anónimo3:23 p.m.

    El jazz...experiencia maravillosa, imperdonable perdérsela.

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  2. Large, intenta escuchar Panthalasa. Es un disco maravilloso con música de Miles mezclada por Bill Laswell, te sorprenderá.

    No sé si has oído Bitches Brew, es un disco completamente diferente al Kind of Blue pero muy interesante. Miles vivió muchos años o por lo menos los suficientes para experimentar un chingo.

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  3. Tengo ese disco, sólo que es del Diego, no le vayas a decir. Reverendamente alocado, sin duda alguna. Sí, he visto videos de Davis desde que salía de traje hasta sus muy llamativas camisas multicolor.

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  4. Anónimo8:58 a.m.

    Entonces comienza el jazz, entonces comienza la locura. Me encantó la imagen de la locura escondida en el ático, como aquella imagen literaria, the madwoman in the attic. Y sí, el jazz me parece una completa locura, no soy muy aficionada a él (prefiero otros tipos de locura) aunque adoro la música de Badalamenti...

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