¿Qué sería de nuestras vidas, Large, sin la música ysin la lectura? ¿Podrías pararte con la frente en altosi no existieran? ¿Cómo dirías que estás aquí haciendoalgo razonable?
Cata
Y si la vida ha de ser trascendente, ¿dónde dejas al working class hero de Lennon?
Creo que mas bien, nuestro error fundamental o primario -no por grave sino porque lo creamos desde la casi infancia- ha sido el creer que estamos destinados para no se que chingados. En ese afán especulativo hemos ido malgastando la inocencia que pudimos haber conservado hasta nuestros días. Ahora vivimos sumidos de lleno en la adultez: trabajamos para tener un sitio donde morir. Ni mas ni menos: el miedo a la muerte nos obliga a andar a marcha forzada por la vida. Y después de todo, ¿habrá valido la pena vivir? Creo que este tipo de juicios existencialistas ya no son parte del pensamiento moderno. Si seguimos obstinados en leer a Kafka, Kundera, Camus, Sartre y la pléyade anterior, como Nietz... y Kierkeg.. no nos daremos cuenta que la vida solo es la vida y ya.
En la vida no hay rumbo, así que es imposible perderlo. Estos últimos meses he comprobado que los esfuerzos por ir a un punto desembocan, casi siempre, en otro del que jamás imaginamos de manera consciente, aunque ya lo habíamos ido edificando a lo largo de años. Todo sirve para todo, solo que uno no se alcanza a dar cuenta en el instante mismo en el que lo realiza. Por ejemplo: una maestría en admon. puede llevarte a tener las herramientas adecuadas para regenerar la manera de comprar y vender libros en México... No se, creo que es necesario el flujo inocente pero con decisión, con la energía adecuada.
Yo he dejado de emborracharme y fumar cannabis en un intento de fluir con con-ciencia. Te deseo lo mejor en el flujo de la inutilidad de la vida.
Y, ¿las lecturas? También he abandonado la avidez de atragantarme de libros como si fueran palomitas de microondas. De hecho, he dejado de comprar libros, para ahora si, ponerme a leer, a releer, a estudiar un libro a fondo -esto se da especialmente en los libros de matemáticas. La poesía me ha abandonado ante mi ingratitud de usarla para llevar mujeres a la cama. La prosa y la ficción se han vuelto parte de mi vida a tal grado que ya no preciso leer para disfrutar de las historias. Me encuentro petrificado junto al Támesis, el recuerdo de un hombre que fui y dejé de ser sin la pesadumbre de haberlo sido. Ahora me intereso por los negocios y la forma de ganar mucho dinero. Si algo ha de enseñarnos Rimbaud no es la irreverencia ante el sistema –misma que viví ya durante bastantes años– sino la inutilidad de la poesía y el idealismo moderno, posmoderno, barroco, romántico, renacentista o como chingados se le llame, y la veneración de los placeres terrenales a cualquier precio. Para vivir, basta con estar vivo. Lo demás es lo de menos.
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