Lo que me caga es la necesidad de cagar con otros, de compartir la letrina (aunque hoy en día les llamen escusados o W.C.) con ingenieros disfrazados de traje barato, zapatos mal lustrados y torta de tocino con huevo para el desayuno. Luis Buñuel ya había remarcado cómo el rey caga solo, aunque en su película Le Charme discret de la Bourgeoisie, aunque en ella trastoca los papeles: la gente caga junta y se recluye para comer.
Hay quienes llegan, tiran la mierda, se limpian la cola a prisa, restregando el papel por donde alcanzan, y se van. Otros, toman su tiempo, tiran un pedo, luego otro: hay quienes son discretos, procurando no hacer demasiado ruidos con sus flatulencias o sus bolitas que caen en el agua; otros, dejan que los estruendos lleguen hasta los lavaderos: gruñidos, pedos, bombardeos y unos cuantos mocos salen al unísono crujir de sus entrañas.
Esta es, creo, una de las desventajas de trabajar en una empresa, en un cubículo junto a otros ingenieros. Ah, y las secretarias que no dejan de chismear... ese es ovillo para otro rebaño.
Hay quienes llegan, tiran la mierda, se limpian la cola a prisa, restregando el papel por donde alcanzan, y se van. Otros, toman su tiempo, tiran un pedo, luego otro: hay quienes son discretos, procurando no hacer demasiado ruidos con sus flatulencias o sus bolitas que caen en el agua; otros, dejan que los estruendos lleguen hasta los lavaderos: gruñidos, pedos, bombardeos y unos cuantos mocos salen al unísono crujir de sus entrañas.
Esta es, creo, una de las desventajas de trabajar en una empresa, en un cubículo junto a otros ingenieros. Ah, y las secretarias que no dejan de chismear... ese es ovillo para otro rebaño.
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