17 de septiembre de 2006

Cementerio

Para ir a la ciudad es necesario cruzar por el cementerio. A diferencia de Roma, a Bundoora sólo se llega por un camino, como el túnel que separa del mundo real a la magia de Real de Catorce. Cruzar por los panteones a veces no me es fácil. Lo he hecho bien en Kelowna y Kensington pero con dificultad en Real de Catorce y Melbourne. Mi segunda noche de realidad alterada por el peyote, intenté cruzar rumbo al sur del pueblo, más allá del templo-cementerio (el pasillo central está marcado por cuadros de 2x1 m. donde descansan unos cuantos cadáveres, justo como las pirámides prehispánicas servian como tumba a los reyes de la tribu). Acá en la isla también me cuesta trabajo cruzar. La univesidad está justo al lado del cementerio y, la ciudad, al extremo opuesto. El conocimiento y el ocio están divididos por el mundo de los muertos.

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