11 de octubre de 2007

Instantes

La vida, aunque parece un continuo, en realidad está constituida por instantes. El espacio y el tiempo, a pesar de estar formados de una infinita sucesión de puntos o momentos, respectivamente, sólo pueden abordarse de manera discreta, donde lo discreto aquí se refiere al tercer significado de la Real Academia Española: separado; y no al cuarto: moderado, sin exceso.
Tomemos, por ejemplo, a la infancia --aquí me entran unas ganas irresistibles de leer a Thomas Bernhard, pero desafortunadamente no hay editoriales análogas a Anagrama o Acantilado en lengua sajona. Lector, ¿recuerdas cada uno de tus días como una sucesión o apenas uno que otro recuerdo aislado? Yo recuerdo unos cuantos, por ejemplo: el día que fui con mi papá a visitar a un amigo suyo a Ciudad Bugambilias, cuando éste fraccionamiento aún estaba a una tercera parte de infraestructura y se consideraba lejos de la ciudad. La moda en ese entonces eran las Avalanchas, un carro deslizador que consistía básicamente en una tabla ancha, cuatro ruedas, volante y freno de mano. La idea era deslizarse y aprovechar el impulso para manejar cual Fernando Alonso o Schumacher. Mi primer experiencia con el descenso altamente empinado. Mi primer aventura hacia la adrenalina de la velocidad. Mi primer enfrentamiento al miedo. El resultado: un santo porrazo y ambas palmas de la mano peladas, pantalón desgarrado y llanto que reverberaba en el cañón aún virgen. Años después volví al monte, ya fraccionado casi por completo, acompañado por mi primo Rigoberto. Para ese entonces había dominado hasta cierto punto el miedo. Me había vuelto un ciclista de montaña intrépido. Una vez en la punta, dije: que chingue a su madre el que se rajeee... y me aventé cuesta abajo, directo, sin frenos. No recuerdo el brevísimo trayecto hasta las faldas, pero estoy seguro que me brindo una gran satisfacción, misma que viene a mí al traer a la mente la memoria.
Así, me quedo con los momentos en vez de con la vida entera. Lector, ¿cuál es el momento que viene a ti y te llena de júbilo, como fue la carrera en bicicleta para mi?

Publicado en El Occidental

2 comentarios:

  1. Si la vida es fragmentos. Fragmentos lejanos, fragmentos que a veces son una sensación, creo que por eso recordamos eventos muy lejanos...tu texto me hizo recordar algo que no recuerdo completamente porque era muy pequeña...pero mi cuerpo no olvida la sensación: tenía 2 años y me revolcó una ola...sólo veía azul y el agua me rodeaba....miedo y manotazos desesperados...no es que recuerde yo...lo hace mi cuerpo.
    interesante tu blog,
    un saludo

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  2. Leer este post ha sido uno de esos.
    Tu voz parece similar a la de un primo, cuando lanzaba ese tipo de retos.
    Me hacía reir que estuviera algo loco.

    Saludos,

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